Tras haberse adueñado de una infinidad de premios con su cortometraje homónimo Madre, el director Rodrigo Sorogoyen (El Reino y Que Dios nos Perdone) estrena su cuarta película, Madre. Estreno el 15 de noviembre.
Esta es la continuación del angustioso cortometraje del 2017 que estuvo nominado a Mejor Cortometraje de Ficción en los Óscar. Y aunque no consiguió la estatuilla internacional, si ganó el Goya en dicha categoría.
El perfecto cortometraje grabado en plano secuencia le ha dado paso a un nuevo filme que saca de su zona de confort al director español, quién opta por una narrativa más intimista.
Sinopsis
En su casa de Madrid, Elena recibe una llamada de su hijo desde el móvil de su padre. El niño se encuentra solo en una playa de Francia, su padre no está por ningún sitio. Tras acabarse la batería del móvil, Elena decide salir en su búsqueda.
Pasado 10 años del terrible suceso Elena se encuentra trabajando de encargada en un bar de la playa en la que desapareció su hijo. Casualmente se cruza en su camino Jean, un joven adolescente que le recuerda a su hijo Iván.
Ruptura de la zona de confort
La película comienza con el corto homónimo, un bello plano secuencia atestado de una angustia que va in crescendo a medida que pasan los minutos.
Tras finalizar el cortometraje, Sorogoyen decide dar un salto temporal de 10 años a la historia conociendo muy bien las preguntas que inquietan al espectador. ¿Dónde está Iván? y ¿Qué ha ocurrido con él?
Y con la misma sensación que nos quedamos tras acabar el corto, perdidos, comenzamos a iniciar una historia que nos da una dosis de realidad. Alejándose de la temática de thriller a la que nos tenía acostumbrado Sorogoyen, este apuesta por un cine más intimista en el que predominan las emociones, los sentimientos, los conflictos internos, las miradas y los gestos.
Marta Nieto
Cabe dedicarle un espacio a en esta crítica a la actriz que seguramente veamos en los Goya tras su sobrecogedora interpretación de Elena en la película Madre.
Marta Nieto está sobresaliente, esto es algo que ya se percibía en el cortometraje de 2017, ya que tan solo con su presencia consiguió salir de la pantalla con ese papel de madre desgarrada ante un duro golpe.
Si bien en el corto percibíamos una Marta Nieto nerviosa, angustiada y al borde del precipicio aquí será todo lo contrario. Tras 10 años de la desaparición de su hijo, el personaje de Elena ya ha 'rehecho' su vida y parece que ha superado la situación. No tardaremos mucho en descubrir que esto no es así tras la llegada de Jean, un joven adolescente de 16 años que se cruza en su camino recordándola a su hijo.
La actuación de la actriz española se aleja del dramatismo y se contiene perfectamente en todo momento sin dejar de inundar la trama de emociones y sentimientos. Sabe reflejar de forma soberbia el conflicto interno del personaje y su profundidad psicológica, para ello se basta con miradas que lo dicen todo y gestos que dejan leer entre líneas.
Una dirección que transmite por si sola
Rodrigo Sorogoyen se ha decantado por contarnos una historia de una madre que ha perdido a su hijo en vez de caer en thriller muy visto de una madre buscando a sus hijos.
Creo que hay que aplaudir la diferencia y más si se hace cómo él lo ha hecho. Sorogoyen se basta de una óptima dirección para narrarnos una cruda realidad. El director español ya había demostrado su destreza con la cámara en anteriores películas y aquí lo vuelve a hacer una vez más.
La narración se lleva a cabo con unos suaves movimientos de cámara que captan el sentimiento más profundo de su personaje principal, Elena. Esto se consigue con unos planos generales que sitúan a la protagonista en el centro realmente de la nada, reflejando así el vacío del personaje y como este está perdido. Además, quiero destacar el uso frecuente de los primeros planos que Marta Nieto realmente borda y consigue que empaticemos con sus sentimientos llevándonos al otro lado de la pantalla. También tengo que hablar de los planos detalles que muestran esas miradas entre Jean y Elena, esas suaves caricias entre ellos creando así una dulce atmósfera entre ellos que llega a inquietar al espectador.
Para finalizar con este apartado quiero destacar al director de fotografía Aléx de Pablo. Este ya había trabajado anteriormente mano a mano con Sorogoyen y no es de extrañar. Aléx consigue siempre un resultado óptimo en este apartado, el cual brilla más en esta película, ya que sabe aprovechar muy bien los distintos escenarios tanto naturales como interiores.
Un guión marcado por la esperanza
Sorogoyen se ha decantado para la película Madre por un guión algo más lento que de costumbre y en el que no destacan los diálogos ya que prefiere utilizar otros recursos expresivos que ya hemos comentado anteriormente.
El director español sabe muy bien manejar la intriga del espectador, el cual espera resolver las preguntas expuestas anteriormente y él es conocedor de eso. Nos maneja como quiere y al igual que Elena, el espectador no pierde la esperanza de dar luz a la lamentable desaparición.
Seguramente al espectador la dirección que sigue el filme tras terminar la parte del cortometraje le confunda y le descoloque. Aun así, yo quiero aplaudir su originalidad y el no haber caído en lo típico, sorprendiendo de esta forma a la audiencia a la par que la incómoda rozando los límites de lo moral.
Ahora quiero resaltar el sello de Sorogoyen, y es que aparte del uso de los planos este destaca por la creación de unas escenas de tensión que incomodan al espectador. Esto es algo que advertimos en El Reino y en su cortometraje, ahora lo repite. Para ello se basta del interior de un coche, un plano secuencia y un agitado diálogo acompañado por la interpretación de Marta Nieto. La situación pone al límite al espectador cuando se llega al clímax de la escena dejándole posteriormente respirar con la resolución de esta.
Conclusión
La película Madre destaca en dirección y fotografía sin resaltar tanto en la parte de guión. Marta Nieto sabe llevar el peso del filme de forma cabal con un alto nivel interpretativo que espero que sea reconocido en los premios Goya.
Sorogoyen demuestra que aún tiene tirón para rato y eso espero porque yo ya estoy deseando ver sus siguientes proyectos. Le auguro un futuro muy prometedor, ya que estoy seguro de que lo va a tener.
Nota: 7,5/10
Javier Atienza
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